tresmezcales

Friday, May 25, 2007

Por que la H es muda...



Olor de libro viejo...
He llegado a la conclusión de que la H es muda. Y como toda buena enseñanza, me costó mucho el aprenderla, me costó infinidad de lágrimas, mucho dolor y golpes. Las lágrimas ahora ya no son verdes, ni saben amargas. Ahora esas lágrimas son secas y saben a olvido. Pero aun siguen cayendo…
A diferencia de antes, éstas lágrimas son pequeñitas, del tamaño de un recuerdo casi olvidado, tapado y sepultado. Aunque las lágrimas siguen cayendo no es nada comparable a como lo era antes, antes tuve que aprender a nadar si no quería morir ahogado: ahogado en mis propias lágrimas.
Las lágrimas de ahora son pequeñitas y me han enseñado otras cosas, a tener amnesia sin necesidad de golpes en la cabeza, pero da lo mismo, los golpes son en otro lado, pero son golpes al fin y al cabo.
Y así a punta de golpes he aprendido que la H es muda. ¿Como diablos dejé que eso me pasara? No lo sé, y por más que pienso sigo sin saberlo…creo que fué un juego que al principio pensé que yo había ganado. Pense que había ganado y no, no fue así.
Al principio pensé que era un juego más, un reto que yo ganaría como siempre, simplemente por ser yo.
Al principio no quería apostar nada, pero cada vez fui poniendo más y más en la mesa de apuestas, primero cosas simples: un dedo, el pelo, mi nombre. Luego, cosas más valiosas: atención, cuidados, cariños, mimos y mis ojos. Después fui aumentando la apuesta más y más pensando que yo ganaría y empecé a apostar cosas que de antemano sabía que no podría prescindir de ellas: el corazón, la vida, la emoción ,el sentimiento, y por poco apostaba el alma, aunque a veces siento que la he perdido junto con todo: corazón, ojos, espalda, vientre y rodillas y todos, todos los huesos.
Ahora ya no quiero volver a apostar, no quiero perder y al mismo tiempo quiero perder el miedo a perder.
Y todo esto por que aposté todo a la H, por que pensé que la H era útil, que de algo me serviría, algo que yo quería.
No me he convencido totalmente de la inutilidad de la letra H, pero sé que no me hace bien y que no debo quererla y que no quiero quererla.
Error es sinónimo de experiencia, o al menos es lo que todo mundo dice, llamar experiencias a los errores, si es así, ésta es la experiencia más grande que he tenido, que casi me cuesta la vida. Todo por pensar que la H servía de algo, y no, como bien dicen por ahí…-la H es muda…- y me tomó 23 años el entenderlo, me tomó 23 años y un corazón roto, y diez mil océanos, tanto para nada. Tanto para nada. Tanto para nada.
Poco a poco la H va adquiriendo nuevas cualidades, ahora, lentamente va adquiriendo un olor como a…como a olvido, a ese olor de libro viejo y olvidado. Un olor a muerto tres metros bajo tierra.
Cuando decidí enterrar a la H por poco caigo al hoyo yo también, por poco me voy a hacerle compañía. Me aferré a su recuerdo 16 horas y 220 noches, donde todas las noches volvía a su tumba y me enterraba junto a él y todas las mañanas dejaba la tumba y me proponía no volver jamás, y sin embargo volvía y aun ahora vuelvo de vez en vez, pero cada vez su olor se vuelve más insoportable…
Ahora la H huele a olvido, al igual que su chamarra.

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