tresmezcales

Friday, June 08, 2007

Donde sea que estes...


Gibran se ha marchado y no por causa de una enfermedad larga y dolorosa, tampoco por que haya rebasado los limites de la velocidad permitida en un estado etílicamente inconveniente, tampoco un borracho motorizado le ha hecho perder la vida. La mano de la injusticia, que es aún más injusta que la mano de dios, se ha encargado de asestarle mortalmente una herida que ha partido su corazón en dos. Dejándolo sin una gota de sangre; Sangre de mi sangre. Carne de mi carne. Corazón de mi corazón.
Recuerdo la primera vez que nos vimos, ya sabíamos de la existencia mutua de ambos, pero el ego adolescente no nos permitía presentarnos el uno al otro como usualmente ocurre, nadie habló, pero los dos sabíamos quienes éramos… durante mas de 15 años fuiste la voz de mi conciencia, Pepe Grillo versión posmoderna, sin cortes y sin censura; fuiste mi Alma Gemela.
Recuerdo los gritos, recuerdo a la policía llevándote detenido, y recuerdo a mis amigos ordenándome que me metiera a la fiesta y que no me metiera en lo que no me importaba. Pero por alguna razón me importaba, pero eso no fue impedimento para que la policía te llevara levantándote los cargos absurdamente pintorescos de: “Faltas a la Moral y Buenas Costumbres”, “Desacato”, “Escándalo en vía pública” y como agravantes: tatuajes y ser homosexual. Eran los finales del siglo XX, ya estamos en el XXI y de todas maneras seguimos estando tan lejos de la razón y de la cultura…que miedo…
Al otro día te vi en el centro comercial, el único que había en la ciudad, el único que había en Chihuahua, la única parte a donde salir los fines de semana si habías decidido no ir a tomar chelas, ni ir a la “discada” que de seguro alguien tendría en su casa, como cada fin de semana. Te vi, en la sección de música (as always) y mi curiosidad fue mucho más grande que mi ego y te pregunté que te había pasado… fue el principio de una amistad, de una complicidad, de una hermandad llena de brillo y de luz y de resplandor, de humor negro, de sarcasmo y de riqueza mental. Y fuerza. Fuerza adolescente, los dulces 16…
Mi madre (apuesto a que la tuya también) decía que éramos la piel de judas. No teníamos nada más que hambre, hambre de vida y de experiencia. No teníamos nada más que 16, los dulces 16…los años pasaron y nosotros junto con ellos. Lo compartimos todo, dinero, fiestas, comida, fines de semana, hombres, revistas… teniamos tanta hambre de vida, de experiencia… de que nadie nos contara nada, de probar la vida: la única que teníamos y que conocíamos: la nuestra.
Recuerdo nuestro primer gallo juntos, tu risa descontrolada, tus ojos rojísimos, y tus comentarios superdespectivos acerca de la hierba: decías que no sentías nada, que de balde la fumaste, que no te provocaba nada mas que hambre… en medio de los ataques de risa que te daban, tronabas los dedos de ambas manos al mismo tiempo y decias: -…ay…Ya!- y te ponías todo serio, tratando de que no se te notara que estabas hasta arriba y contento, riéndote por cualquier cosa, sí, por-cualquier-cosa. Yo me reía junto contigo. Y así lo hicimos durante horas hasta que el hambre y la pachequez nos hizo devorarnos todo lo que tuvimos enfrente y que mañosamente habíamos comprado antes de este nuevo “experimento”: Doraditas Tía Rosa(siguen siendo mis favoritas para la bajona), panque de nuez Tia Rosa, mazapanes (también de la Rosa), Cheetos… compartíamos todo…dinero, fiestas, comidas, fines de semana, hombres, revistas…
Ahora no estás y las Doraditas Tía Rosa no han sabido más dulce que esa tarde de nuestro primer gallo juntos…
Por que la vida es cabrona y no hay mas remedio que escribir lo que escurre de tu verga…
Por que seguiré con este “experimento” llamado “vida” con la enorme dicha de haberte conocido y que me hayas iluminado la existencia en este mundo material…
Por que no encuentro consuelo ante tu falta… por que no me resigno a no verte más, por que me vas a hacer falta… Por que no te voy a olvidar.
El Rey ha muerto, Viva el Rey!

Cuando la muerte llega desgarra entrañas y borra imágenes.
Se lleva carne, sangre y todos, todos los huesos,
Se lleva incluso parte de aquel que muere.
La otra parte, la más grande,
esa se siembra a sí misma
para dar frutos en forma de estrellas.

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